Desde que los conocí me sentí profundamente atraído... Empecé a ver videos de Endika y me puse en contacto con él.

He comprobado los efectos de la sanación en mi familia y amigos. Tengo un hijo de 7 años con autismo y en una ocasión se fue a su habitación, se metió en su cama y se puso a llorar desconsoladamente. Nunca había hecho esto y no sabíamos que le pasaba, si le dolía algo….la cosa era para llevarlo al médico. Empecé a hacerle sanación desde la habitación de al lado y poco a poco veía como se iba calmando. A los diez minutos el niño estaba sonriendo, corriendo y saltando como si no hubiera pasado nada, a mí me caían las lágrimas mientras continuaba con la sesión. A día de hoy le he pedido a Endika que lo tratara y después de cuatro sesiones los cambios son impresionantes. El niño tiene más vocabulario, está feliz y colaborador, tiene más apetito y prueba cosas nuevas.

¡Encantado de haber conocido esto. Gracias, gracias, gracias!

Me llamo Linda M. y tengo 59 años. A los 54 me detectaron una enfermedad considerada rara (Síndrome de Arnold Chiari & Siringomielia) para la cual no hay tratamiento médico; ni para la enfermedad en sí ni para los fuertes dolores que provoca.

Después de probar varias terapias sin éxito, me trate con Endika. Tras la primera sesión, en seguida me encontré mejor, por lo que decidí seguir recibiendo sanaciones. Me encuentro mucho mejor. Incluso duermo toda la noche (cosa impensable antes de las sanaciones). En mi última visita con el neurólogo este no podía creer como había mejorado; tengo más equilibrio y he recuperado sensibilidad en piernas y brazos. Tengo pensado seguir recibiendo sanación energética y le doy las gracias a Endika, por todo lo que me están ayudando.