La Soberanía entendida desde la Espiritualidad


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¿Cómo estás?

Hoy te quiero compartir la segunda parte de las reflexiones de amigo Roger Nebot  sobre la soberanía en la sociedad actual.

Existen muchos textos, vídeos y podcasts que hablan de la Soberanía individual y su historia y de cómo se fue perdiendo (o entregando) y de cómo nos manipulan y nos engañan para que la entreguemos cada vez más y en más ámbitos. Desde la estafa del nombre en mayúsculas y las partidas de nacimiento hasta las Bulas Papales y el hecho de que todo es comercio, o la importancia de comprender qué es la Ley Natural, o porqué no debemos identificarnos como persona y sí como Ser, etc. Pero este artículo quiero enfocarlo desde una comprensión profunda y espiritual de qué es realmente la Soberanía individual y de la importancia de recuperarla.

espiritualidad y soberania

En este post vas a encontrar:

La energía vital de los seres vivos

Vivimos en un Sistema que se alimenta de la energía vital de los Seres que se entregan a él. Este sistema lleva muchísimo tiempo haciendo lo que hace y lo ha perfeccionado hasta niveles difíciles de aceptar como reales. Este sistema ha creado unas sub-estructuras llamadas Estados y ha conseguido que éstos engañen a las gentes de determinados territorios para que crean que forman parte de estos estados, perdiendo así su esencia y entregando su individualidad, y sus responsabilidades personales. Entregando así su Soberanía como individuo al Estado. Estos Estados engañan a los Seres que comparten territorio con ellos, para que crean que ahora son propiedad del Estado, para que crean que su poder de decidir sobre su cuerpo, su educación, o su forma de pensar, entre otras, ya no es suyo sino que le pertenece al Estado. Les dice, por ejemplo, que deben educar a sus hijos pero que deben hacerlo de la manera que él ofrece, o que deben ocuparse de la Salud, pero aplicando las medidas que él dicta. Que tenemos libre movilidad, pero necesitamos documentos y certificados que el Estado emite. Y lo mismo sucede en casi todos los ámbitos: el Estado toma la responsabilidad de cada uno de sus individuos y las hace suyas para ofrecer una solución genérica, controlada por él, que tan solo beneficia al propio Sistema, y ofrece algunos otros beneficios a aquellos agentes que trabajan directamente para él, como políticos, élites y otros. Los tentáculos de este monstruo que llamamos sistema, llegan a casi todos los rincones.

A día de hoy la gran inmensa mayoría de los Seres que existimos en este mundo, hemos venido a él ya dentro del sistema, ya hemos nacido conectados a él por múltiples de estos tentáculos, y en el instante de nacer (e incluso antes), ya hemos empezado a entregar responsabilidades y poderes personales de los que ni siquiera éramos todavía conscientes que poseíamos. Es por este motivo que es de extrema importancia primero reconocer este hecho y ponerle consciencia. Comprender que no necesitamos que el estado ni el sistema nos de su aprobación o su permiso para hacer aquellas cosas que son intrínsecas o naturales del Humano.

Para poder empezar a comprender bien en qué consiste la Soberanía entendida desde la Espiritualidad del propio Ser, es necesario hablar de leyes. Pero no de las leyes del hombre, sino de la única ley que está por encima de todas las otras: La Ley Natural.

La Ley Natural habla del derecho que tenemos los Seres Humanos por el hecho de ser Seres Humanos y por formar parte de la Naturaleza. Se trata de un código moral y ético que es intrínseco a nosotros y que todos los seres poseemos y es inherente a nuestra naturaleza como humanos. Podemos percibir esta ley en forma de intuición o de sentido común. Esta ley está codificada en nuestra psique y en nuestro ser. Es la ley que nos dice, de manera intuitiva que es correcto hacer cosas saludables y nos aleja de las que no lo son. Son los códigos por los que entendemos que no es correcto dañar a otro ser o quitarle aquello que ha reclamado otro como propiedad suya. Es la ley que nos permite ser libres y hacer uso de todo aquello que los Poderes Divinos han puesto a nuestro alcance y nos ha sido entregado a los humanos para que usemos durante nuestra experiencia en este plano. Esta Ley nos otorga a los humanos la Tierra, para que podamos movernos en libertad en ella y vivamos donde nos plazca, siempre en armonía con los otros seres que la habitan y con respeto. Nos habla de que nosotros como humanos poseemos unas cualidades dentro del reino de la existencia y de que es nuestra Responsabilidad el hacer un buen uso de ellas, siempre con respeto y en armonía con el resto de la creación.

Un ejemplo claro de la manipulación antinatural que el estado ejerce en nosotros, está en la obligatoriedad del uso de mascarilla. En este caso el Estado ha creado leyes que obligan a su uso, pero estas leyes están en contra de la Ley Natural (o Ley Divina), y por tanto es antinatural. Está en contra porque la Ley Natural nos ofrece el derecho de respirar el aire que ha sido puesto por la Divinidad y de usar para ello las vías respiratorias de las que ha sido dotado nuestro vehículo físico para tal fin. Por eso interferir, limitar, reducir o complicar la libre absorción de oxígeno es una medida antinatural cuyo único objetivo es el de separarnos un poco más de nuestra naturaleza y por tanto de la Divinidad y de nuestra conexión con ella.

Otro ejemplo claro de esto lo vemos en estos días de plandemia en las restricciones impuestas a la movilidad, los confinamientos y los toques de queda. A día de hoy el Estado ha ido un paso más profundo en el control y ha reclamado un poco más del poder de los humanos, y ha hecho creer a muchos que no pueden moverse en libertad dónde y cuándo quieran. O que no pueden reunirse ni acercarse a otros Seres humanos. El estado se cree en potestad de reivindicar estas decisiones como su responsabilidad por el simple hecho de que así se lo permiten de manera tácita aquellos que lo acatan, y le entregan de esta manera su Responsabilidad al monstruo. Estos casos son muy flagrantes, pero existen ejemplos en todos los ámbitos, y han existido desde siempre. Algunos incluso tan sutiles y sibilinos que costaría convencernos de que son deliberados.

El sistema usa constantemente medidas como estas. Medidas que son a todas luces anti-intuitivas y que nos separan de nuestro Ser al forzarnos a acatar leyes y normas que son antinaturales y que van en contra de la Ley Natural, por tanto van en contra de nuestra esencia Divina y de nuestra conexión con el Todo. Cada vez que lo hacemos, negamos una parte de nuestro Ser. Desconectamos de la Divinidad un trocito de la Energía que nos conecta con ella, y la conectamos al Sistema. Lo que ocurre cuando hacemos eso, es que mientras estamos conectados con la Divinidad, a través de la coherencia interna y la intuición, estamos dando y recibiendo energía de ella, pero al conectar ese cable al sistema, empezamos a dar más energía de la que recibimos, y la poca que recibimos es una energía corrupta y sucia. Obviamente estos movimientos energéticos tienen una repercusión a todos los niveles de nuestro ser, desde el físico hasta el psicológico. El sistema usa estas estrategias de manera deliberada y lo hace para que le entreguemos nuestro poder, ya que nosotros somos su fuente de energía y su sustento.

Es importante comprender esto, porque es aquí donde reside la clave de todo el asunto. En comprender que el poder que ejerce el sistema en contra de nuestras libertades, es en realidad nuestro, y que la energía que usa para mantenerlo, es en esencia nuestra. Una vez esto se comprende, no cabe otra opción para el Ser Humano consciente que el empezar a desconectar uno a uno los cables que nutren a ese sistema, y empezar a re-conectarlos de nuevo a la Fuente de energía Divina a través de nuestra Alma, usando nuestra intuición y coherencia interna. Es por eso que la Soberanía es un empoderamiento, que nos llena de energía y de vitalidad cuando se reclama. Pero es importante comprender de dónde viene y cuál es su función y sentido espiritual, ya que si no, se puede caer en el error de entender la soberanía mal y tratar de aplicarla desde un lugar que no es coherente con la naturaleza del Ser ni con el respeto hacia los otros seres de la creación. No se puede combatir la violencia con violencia, ya que el resultado derivará en más violencia. Hay que ser asertivo y empático con todos los seres y comprender que cada cual ocupa un lugar dentro de la existencia y que es responsabilidad de uno, y sólo de uno, el ocupar su lugar.

Ser Soberano es ser coherente. Ser Soberano es ser uno en armonía con el resto y consiste en ocupar el lugar que a uno le toca. Ser Soberano es ser Responsable. Responsable con uno mismo. Ser Soberano es traer a la Tierra la consciencia del Alma, y para ello es esencial re-conectarnos a ella. El Ser Soberano entiende la importancia de mantener sus Responsabilidades suyas, entiende la importancia de no delegar en otros aquello que debe hacer a uno mismo. El Ser Soberano comprende cuales son sus límites y los respeta primero él, antes de pedir que los respeten los otros. El Ser Soberano no interfiere ni traspasa los límites de otros. Defiende lo que es suyo y vive en armonía y coherencia. 

Roger Nebot


PD: Si no leíste la primera parte de este artículo haz clic aquí: La responsabilidad como el principio de la soberanía. 

Si tienes dudas o preguntas puedes dejarlas aquí, que te leo:

Roger Nebot

"La vida siempre se manifiesta como uno cree que es. El truco está en conocer qué cree uno que es la vida" 

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